+ 5 junio + Los últimos días del Edén +

* Día Mundial del Medio Ambiente *




Los últimos días del Edén

Año: 1992. Duración: 107'. Edad: Apta. Dirección: John McTiernan. Intérpretes: Sean Connery (Dr. Campbell), Lorraine Bracco (Dra. Crane).

Argumento

En lo más profundo de la selva tropical del Amazonas, el veterano investigador Robert Campbell (Sean Connery) vive y trabaja tratando de encontrar un remedio contra el cáncer. Después de pedir ayuda a la empresa farmacéutica para la que trabaja, le envían como colaboradora a la investigadora Rae Crane (Lorraine Bracco).

Fragmento

(7 min/35:15-41:58; DVD: Cap. 4)
El Dr. Campbell lleva a la Dra. Crane a visitar el lugar donde crece la bromelia, la planta de la que ha extraído el medicamento contra el cáncer.

Para iniciar el debate

¿Qué ocurre en este fragmento?
¿Qué persigue el Dr. Campbell con la excursión? ¿Sólo enseñar a la Dra. Crane la planta?
¿Que sucede con la nueva carretera? ¿Por dónde ha de pasar?
Por qué el río tiene poca agua? ¿Por qué llueve cada año menos?
¿Qué podemos hacer nosotros/as para mejorar el medio ambiente?
¿Conocéis la regla de las 3 erres: reducir,, reciclar, reutilizar?
¿Reciclamos en nuestras casas? Utilizamos los contenedores para separar los residuos?

Guía para el debate

  • Día Mundial del Medio Ambiente (5 junio). Establecido por la Asamblea General de la ONU en 1972.
Antes de la proyección
  • Vocabulario y localización espacial.
Después de la proyección
  • Preguntas para iniciar el debate.
Actividades paralelas
  • Visita a un centro de reciclaje.
  • Trabajar con los símbolos de productos de reciclaje, ecológicos,...


Texto del fragmento
—¡Levante el pie derecho!
—¡Au!
—Muy bien. ¡Ya está! Ahora, tire fuerte del contrapeso y subirá. ¡Vamos! Quiero que usted lo vea.
—¡Oh!
—¡Vamos! Muy bien. Doctora Bronx, primero la pierna izquierda. Ahora la derecha. Eso es.
Esto aquí.
—¡Ah!
—¿Lista? ¡Vamos!
—¡Oh, Dios!
—Piense en Neil Armstrong.
—De acuerdo. Le concederé una semana. ¿Me ha oído, Campbell?
—No son muy abundantes. Si encuentra una, métala en la bolsa.
—¡Oh! Le importaría decirme como son.
—Claro que no. Son... así. Sea lo que sea que necesite para ser fecundada, lo consigue aquí arriba. Podría tratarse de una enzima que algún insecto transportara y depositara en el polen.
O de alguna sustancia que se encontrara en el árbol, Podría ser cualquier cosa. Podría serlo todo. Esa es la belleza de este sistema. No se puede acabar con él, salvo arrasándolo.
—¿Aquella es la carretera?
—Puede ver el río. Nadie recuerda haberlo visto nunca tan bajo.
—¿Qué me dice de las lluvias?
—Cada año llueve cada vez menos. Cuánto menos selva, menos lluvia. Los indios me han pedido que rece para que diluvie. ¿Usted reza, doctora Bronx?
—Hay mucho humo. No creí que la carretera estuviera tan cerca.
—Todos sabemos que la muerte es inevitable, doctora Bronx, pero se considera de mal gusto hablar de ella junto a la cama de un enfermo, ¿de acuerdo?
—Sí, pero cerrando los ojos a la realidad, no conseguirá nada.
—Ni tampoco hablando de ella. ¡Vámonos!
—¡Está como una cabra!
—¡Le enseñaré un atajo!

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